Fernando Navarro
Fernando Navarro
Jue, 19/09/2024 - 09:27
Humor y lenguaje
Entre 1993 y 2024, el Premio Ig Nobel ha recaído en veintiséis ocasiones en científicos de habla hispana; pero nadie sabe decir, la verdad, si eso es algo de lo que presumir o de lo que avergonzarse. Aquí les dejo, en todo caso, la lista completa:
1993
Premio Ig Nobel de Literatura: Amadeu Betriu, G. Froufe, Xavier Bosch, F. Fernández Avilés, Cándido Martín Luengo, J. Corrons, Lorenzo López Bescós, Ángel Loma, R. Masiña, J. Figueras, Vicente Valle, L. Sáenz, Eduardo Alegría y J. Eizaguirre (España), junto a otros cerca de mil coautores, por publicar un artículo médico de investigación que tiene cien veces más autores que páginas.
1994
Premio Ig Nobel de Economía: Juan Pablo Dávila (Chile), inversionista de la Corporación Nacional del Cobre, por programar su computador para «comprar» acciones cuando en realidad quería decir «vender», y luego tratar de recuperar sus pérdidas haciendo negocios ruinosos que acabaron costando ese año a su país el 0,5 % de todo el producto nacional bruto.
2002
Premio Ig Nobel de Higiene: Eduardo Segura (España), por inventar una lavadora de perros y gatos.
2006
Premio Ig Nobel de Química: Antonio Mulet, José Javier Benedito, José Bon y Carmen Rosselló (España), por investigar cómo afecta la temperatura a la velocidad ultrasónica en el queso chédar.
2007
Premio Ig Nobel de Aviación: Patricia V. Agostino, Santiago A. Plano y Diego A. Golombek (Argentina), por descubrir que Viagra permite a los hámsteres recuperarse del jetlag o desfase horario.
Premio Ig Nobel de Física: Enrique Cerda Villablanca (Chile), por investigar cómo se arrugan las sábanas.
Premio Ig Nobel de Lingüística: Juan Manuel Toro, Josep B. Trobalón y Núria Sebastián Gallés (España), por demostrar que las ratas saben distinguir cuándo una persona habla japonés u holandés, pero no cuando escuchan las grabaciones del revés, las pobres.
2008
Premio Ig Nobel de Química: Sharee A. Umpierre (Puerto Rico), por descubrir que la cocacola es eficaz como espermicida.
2009
Premio Ig Nobel de Química: Javier Morales, Miguel Apátiga y Víctor M. Castaño (Méjico), por crear diamantes a partir de tequila.
2010
Premio Ig Nobel de Ingeniería: Diane Gendron Laniel (Méjico), por perfeccionar un método para recoger mocos de ballena con ayuda de un helicóptero teledirigido.
2012
Premio Ig Nobel de Psicología: Tulio Guadalupe Estrada (Perú), por demostrar que la Torre Eiffel parece más pequeña si nos inclinamos hacia la izquierda.
2014
Premio Ig Nobel de Nutrición: Raquel Rubio, Anna Jofré, Belén Martín, Teresa Aymerich y Margarita Garriga (España), por caracterizar las lactobacterias aisladas a partir de las heces de los lactantes como posible fuente de cultivos probióticos para la obtención de salchichas fermentadas.
2015
Premio Ig Nobel de Biología: Bruno Grossi, José Iriarte Díaz, Omar Larach, Mauricio Canals y Rodrigo A. Vásquez (Chile), por observar que, al colocar un palo en el trasero de una gallina, esta camina de forma parecida a como se cree que debían de caminar los dinosaurios.
Premio Ig Nobel de Literatura: Francisco Torreira Martínez (España), por descubrir que la palabra «¿eh?» (o su equivalente) parece existir en todas las lenguas humanas, y por no estar seguro de los motivos de que eso sea así.
2017
Premio Ig Nobel de Nutrición: Rodrigo Torres (España), por el primer informe científico sobre la presencia de sangre humana en la dieta del vampiro de doble escudo.
Premio Ig Nobel de Obstetricia: Marisa López Teijón, Álex García Faura, Alberto Prats Galino y Luis Pallarés Aniorte (España), por demostrar que, dentro del útero, los fetos humanos responden con mayor intensidad a la música intravaginal que a la música abdominal transcutánea.
2018
Premio Ig Nobel de Biología: Felipe Borrero Echeverry (Colombia), por demostrar que los sumilleres profesionales son capaces de distinguir, mediante el olfato, si una sola mosca caída en una copa de vino es hembra o macho.
Premio Ig Nobel de Literatura: Rafael Gómez (El Salvador), por documentar que la mayoría de las personas que usan aparatos complejos no se leen antes el manual de instrucciones.
Premio Ig Nobel de la Paz: Francisco Alonso, Cristina Esteban, Andrea Serge, María Luisa Ballestar, Jaime Sanmartín, Constanza Calatayud y Beatriz Alamar (España), por medir la frecuencia, la motivación y los efectos de gritar e insultar al volante de un automóvil.
2020
Premio Ig Nobel de Economía: Juan David Leongómez (Colombia) y Ana María Fernández (Chile), por intentar cuantificar la relación entre la desigualdad de la renta nacional en distintos países y la cantidad de besos románticos en la boca.
Premio Ig Nobel de Educación Médica: Manuel López Obrador (Méjico) —junto a Jair Bolsonaro, Boris Johnson, Donald Trump y Vladímir Putin, entre otros—, por aprovechar la pandemia de covid-19 para demostrar al mundo que los políticos pueden tener un efecto más inmediato en la vida y la muerte que todo el conjunto de la comunidad científico-médica.
2021
Premio Ig Nobel de Ecología: Leila Satari, Alba Guillén, Àngela Vidal Verdú y Manuel Porcar (España), por servirse de análisis genéticos para identificar las diferentes especies de bacterias presentes en los chicles pegados en las aceras de diferentes países.
2022
Premio Ig Nobel de Biología: Solimary García Hernández (Colombia), por investigar si el estreñimiento influye en las perspectivas de apareamiento de los alacranes.
2023
Premio Ig Nobel de Comunicación: María José Torres Prioris, Diana López Barroso, Estela Cámara, Sol Fittipaldi, Lucas Sedeño, Agustín Ibáñez, Marcelo L. Berthier y Adolfo García (España y Argentina), por estudiar la actividad mental de las personas expertas en hablar del revés.
Premio Ig Nobel de Física: Bieito Fernández Castro, Marian Peña, Enrique Nogueira, Miguel Gilcoto, Esperanza Broullón, Antonio Comesaña, Alberto C. Naveira Garabato y Beatriz Mouriño-Carballido, por medir cómo influye la actividad sexual de las anchoas en las turbulencias, la circulación y las corrientes oceánicas.
2024
Premio Ig Nobel de Anatomía: Juan José Cortés Santander y Roberto Requena (Chile), por investigar si el vórtice capilar de las personas que vivimos en el hemisferio septentrional gira en el mismo sentido que el de quienes viven en el hemisferio antártico.
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