La odontología abarca una amplia gama de procedimientos de varias naturalezas que van desde la prevención de enfermedades hasta la restauración de la salud y la función bucal. Dado el valor que una dentadura saludable aporta tanto para la salud mental como para la autoestima, es imprescindible ofrecer un enfoque que considere tanto la función como la estética.
En este sentido, la odontología estética (cosmetic dentistry) ha ganado popularidad en las últimas décadas. Se podría decir que es una rama extraoficial cada vez más cotizada entre la odontología general (general dentistry) y la prostodoncia u odontología protésica (prosthodontics, prosthetic dentistry).
Uno de los procedimientos más solicitados en la odontología estética es, sin duda, el aclaramiento o blanqueamiento dental (teeth whitening). Ahora bien, aunque el término ‘blanqueamiento dental’ es muy común en español, este podría ser engañoso, y las diferencias entre ellos se basan mayormente en sus usos en el ejercicio clínico y la publicidad.
Es primordial tener en cuenta que el color natural de los dientes no es el blanco, sino que varía en tonalidades amarillas, marrones, rojizas o grises muy sutiles. Por lo tanto, buscar un blanqueamiento extremo sin tomar en cuenta el matiz natural de cada paciente produciría resultados que algunos considerarían estéticos pero que carecen de naturalidad.
En sus inicios, el objetivo del blanqueamiento dental era dejar los dientes lo más blancos posible, lo cual solo era posible con productos y técnicas muy desagradables, ya que causaban muchísima sensibilidad y lesiones en el esmalte y las encías. Con el tiempo, se desarrollaron técnicas menos lesivas que mejoraron estos aspectos en gran medida.
Hoy en día existen guías de colores, como la VITA classical, que incluye dieciséis tonalidades (del A1 al D4) y recoge los colores de dientes que existen naturalmente. Sin embargo, la naturalidad no es algo que preocupe a las personas que buscan la dentadura más blanca posible, por lo que ha surgido una gama denominada «tonos blanco Hollywood». Estos tonos extremadamente blancos son muy preciados por celebridades y figuras públicas y, por ende, su nombre; pero para alcanzar tales tonos de blancura se necesitan muchas sesiones de blanqueamiento con productos en concentraciones elevadas, usar carillas o ambos tratamientos.
¿Entonces cuál es la diferencia? Primero definamos qué implica el término teeth whitening. Este incluye varios procedimientos que podrían ser de naturaleza química o mecánica.
Los métodos mecánicos consisten en la remoción de pigmentos externos (external stains), también llamados cromógenos extrínsecos (extrinsic chromogens), como aquellos causados por la alimentación, los hábitos o la placa dental. De esta forma, se eliminan los pigmentos causados por los cigarrillos, el vino, el té, entre otros. Este es el tipo de aclaramiento que usan los productos de venta libre que afirman ser blanqueadores, pero en realidad no blanquean el color natural del diente, el cual es determinado por la dentina.
Por su lado, el blanqueamiento por acción química implica la oxidación de cromógenos intrínsecos (intrinsic chromogens), lo que sí aclara la dentina y el color natural de los dientes. Uno de los principios activos más comunes de este tipo de blanqueamiento es el peróxido de hidrógeno (hydrogen peroxide), que también es un ingrediente de los blanqueadores sin cloro de uso doméstico. El producto de blanqueamiento se conoce en inglés como dental bleach, y el procedimiento como dental bleaching, por lo que esto sí se trata de un blanqueamiento, ¿cierto?
Pues también depende del contexto. Algunos profesionales podrían referirse a ello como ‘aclaramiento’ si el cambio de color es gradual y en el rango de matices naturales, cuyo tono más claro es el B1. Esto evita que el paciente tenga falsas expectativas sobre el color final y comunica mejor que el cambio de color se consigue aclarando gradual y progresivamente. Ahora, si lo que se busca es un tono de «blanco Hollywood», no encuentro motivo para no llamarlo ‘blanqueamiento’.
Entonces, conociendo lo anterior, estas son mis recomendaciones:
Se podría decir que tanto el blanqueamiento como el aclaramiento son lo mismo. Comparten el mismo objetivo, pero la tendencia actual son prácticas cada vez más inocuas y naturales estéticamente, en cuyo caso se prefiere el término ‘aclaramiento’.
Hablar de aclaramiento (teeth whitening) es adecuado si se refiere a procesos mecánicos o químicos que buscan resultados conservadores.
Es válido hablar de blanqueamiento (dental bleaching) al referirse al proceso de oxidación o a los productos con los que se realiza el aclaramiento (whitening) de los dientes.
Si el procedimiento busca un blanqueamiento extremo, en especial aquellos que involucran carillas y productos más agresivos, está bien hablar de ‘blanqueamiento’.
En la publicidad, es mucho más frecuente leer o escuchar ‘blanqueamiento dental’ en casi cualquier contexto. A la mayoría de los pacientes no les va a importar estos dilemas terminológicos y a veces es mejor simplificar las cosas.
Aun así, el uso de estos términos podría ser arbitrario y preferencial, por lo que nunca está de más consultar directamente con el cliente en caso de dudas.
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Mario Muchacho es dentista y traductor médico. Columna publicada originalmente en el blog «Teeth Talk». Reproducida con autorización del autor.
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